Un domingo relajado
El tiempo no da señales de cambiar. Sigue amaneciendo nublado y con aspecto de llover en cualquier momento, aunque una vez que estamos en la calle, nos damos cuenta de que no estamos en Asturias y a medida que avanza el día descubrimos cierto calor húmedo y algo bochornoso.
Después de desayunar tranquilamente en el Hotel, nos dirigimos hacia la C/ Na Tho ya que queremos pasear por la zona de la catedral. Vemos mucha gente joven sentada en los locales de alrededor, sentados en los típicos taburetes azules, comiendo o tomando te. Nosotros, después de comer aprovechamos para acercarnos a la catedral y observar a la gente que entraba en misa. Aunque nuestra intención era la de quedarnos y escuchar las canciones del coro, nos damos cuenta de que hay una especie de catequesis pues se dirigen a los niños y al final decidimos marcharnos. Es curioso ver la cantidad de vietnamitas que se congregan no solo en la catedral, sino fuera ante una pantalla gigante y sentados en taburetes. La mayoría de las familias allí presentes se les ve impecables, vestidos para la ocasión y nos hace gracia compartir por un rato taburetes mientras observamos una familia joven que mientras los padres rezan, sus hijos juegan con cartas y chuches.
Caminamos de regreso por la zona del Lago, hacia el puente rojo para hacernos unas fotos, e intentamos rematar las ultimas compras. Esta vez nos vamos a la zona de los relojes pues nos han encargado unos Mont Blanc. Como de costumbre ya estamos acostumbrados a la coletilla del “too expensive” y debemos estar dispuestos a negociar durante unos 15 minutos la bajada de precios de forma gradual. Una vez con las compra realizada, de noche, chispeando y habiendo transcurrido unos 20 minutos en ese local estrecho, me doy cuenta de lo buena que es Emma que apenas ha protestado.
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